LA OPINIÓN DE UN JURISTA E INTERNACIONALISTA VENEZOLANO.
El frente internacional
Los desafíos inmediatos deben centrar las iniciativas del nuevo Gobierno: fin a los reducidos focos de violencia e inicio de la ofensiva hacia la comunidad internacional para explicar la situación y proyectar la imagen del país hacia las elecciones del último domingo de noviembre y el cambio presidencial en enero del próximo año.
En lo interno, los militares y las fuerzas policiales han actuado con profesionalismo repeliendo, racionalmente, los ataques de pequeños grupos y desarrollando una labor de prevención y seguridad para recuperar la paz.
Las expresiones de una mayoría ciudadana en Tegucigalpa, San Pedro Sula, Choluteca, La Ceiba y otras ciudades proyectan al mundo la verdad que la maquinaria albista oculta en evidente manipulación de los hechos.
Medios internacionales están dando a conocer la cara real de la situación y su génesis. No hay hechos aislados, hay explicaciones y, sobre todo, justificaciones, aunque éstas sean discutibles y discutidas.
El ex juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Corte-IDH, Asdrúbal Aguiar, considera un escenario muy distinto a la escena simplista presentada en la OEA y en la ONU.
"La doctrina democrática latinoamericana superó el concepto del viejo golpe militar para dar paso a una nueva figura, que está en la Carta Democrática Interamericana, y se llama grave alteración democrática. Esto implica que los golpes no son sólo los que se producen por hechos de fuerza militar, sino también las actuaciones que despliegan los gobiernos a espaldas de las exigencias constitucionales".
Señala el jurista que esta figura está en el artículo 3 de la Constitución de la República: "El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional".
Refiriéndose a la OEA, el ex juez identifica la complicidad del secretario Miguel Insulza por omisión de sus funciones y califica todo lo siguiente como un festival de cinismo.
"Llama la atención que la Carta Democrática Interamericana, con la que acabaron el presidente Hugo Chávez y sus aliados, renace de sus cenizas por petición de estos mismo señores. También sucede algo insólito y es que luego de 45 años de reclamo del régimen cubano contra el bloqueo al que ha sido sometido por Estados Unidos (EUA) aparece Raúl Castro proponiendo un bloqueo a Honduras. Es como que los jefes de Estado electos democráticamente tuvieran una patente de corso para violar la Carta Democrática y la constitucionalidad, pero si hay una reacción por parte del pueblo o de las fuerzas organizadas contra los regímenes que así se comportan, entonces simplemente se les pide un apego celoso a la formalidad".
"Chávez está transformando a Honduras en una suerte de laboratorio en el que puede medir sus debilidades propias en el orden interno", concluye el ex juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El frente internacional
Los desafíos inmediatos deben centrar las iniciativas del nuevo Gobierno: fin a los reducidos focos de violencia e inicio de la ofensiva hacia la comunidad internacional para explicar la situación y proyectar la imagen del país hacia las elecciones del último domingo de noviembre y el cambio presidencial en enero del próximo año.
En lo interno, los militares y las fuerzas policiales han actuado con profesionalismo repeliendo, racionalmente, los ataques de pequeños grupos y desarrollando una labor de prevención y seguridad para recuperar la paz.
Las expresiones de una mayoría ciudadana en Tegucigalpa, San Pedro Sula, Choluteca, La Ceiba y otras ciudades proyectan al mundo la verdad que la maquinaria albista oculta en evidente manipulación de los hechos.
Medios internacionales están dando a conocer la cara real de la situación y su génesis. No hay hechos aislados, hay explicaciones y, sobre todo, justificaciones, aunque éstas sean discutibles y discutidas.
El ex juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Corte-IDH, Asdrúbal Aguiar, considera un escenario muy distinto a la escena simplista presentada en la OEA y en la ONU.
"La doctrina democrática latinoamericana superó el concepto del viejo golpe militar para dar paso a una nueva figura, que está en la Carta Democrática Interamericana, y se llama grave alteración democrática. Esto implica que los golpes no son sólo los que se producen por hechos de fuerza militar, sino también las actuaciones que despliegan los gobiernos a espaldas de las exigencias constitucionales".
Señala el jurista que esta figura está en el artículo 3 de la Constitución de la República: "El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional".
Refiriéndose a la OEA, el ex juez identifica la complicidad del secretario Miguel Insulza por omisión de sus funciones y califica todo lo siguiente como un festival de cinismo.
"Llama la atención que la Carta Democrática Interamericana, con la que acabaron el presidente Hugo Chávez y sus aliados, renace de sus cenizas por petición de estos mismo señores. También sucede algo insólito y es que luego de 45 años de reclamo del régimen cubano contra el bloqueo al que ha sido sometido por Estados Unidos (EUA) aparece Raúl Castro proponiendo un bloqueo a Honduras. Es como que los jefes de Estado electos democráticamente tuvieran una patente de corso para violar la Carta Democrática y la constitucionalidad, pero si hay una reacción por parte del pueblo o de las fuerzas organizadas contra los regímenes que así se comportan, entonces simplemente se les pide un apego celoso a la formalidad".
"Chávez está transformando a Honduras en una suerte de laboratorio en el que puede medir sus debilidades propias en el orden interno", concluye el ex juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.